En este día de lunación Sinus Iridum asoma en su totalidad. Es el día once de su ciclo y la Doncella de la Luna despierta de la larga noche lunar.
Este promontorio es un destino muy romántico para los observadores aunque no deja de ser una elevación montañosa más en el extremo de los montes Jura, que rodean la conocida bahía.
Esta bahía no es lo que parece, en el fondo es una cuenca pequeña que ha quedado inundada por la lava.
Un vistazo a través del telescopio refractor nos muestra a la Luna al completo con su característica inversión de limbos debido a las reflexiones (éste llevaba colocado un prisma en el ocular). En este caso la Doncella mira desde la parte izquierda con la iluminación cambiada. El Sur se mantiene también arriba. La inmensa llanura de Mare Imbrium destaca con numerosos detalles, coronado por el brillante cráter Copérnico.
A simple vista la Luna muestra el norte arriba, si devolvemos su orientación natural a la imagen anterior la Doncella queda boca abajo. En el momento que variamos su perspectiva ésta pasa desapercibida como una montaña más.
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