Planetas en el crepúsculo, Omega Centauri y el cometa C/2014 Q2 Lovejoy

La tarde del pasado jueves 21 de mayo estuvimos en el Observatorio de La Hita para trabajar en diferentes tareas que teníamos pendientes, así que llevamos todo lo necesario para pasar muchas horas de trabajo. Mientras Fernando y Faustino reparaban algunas cosas urgentes monté el trípode con la cámara para prepararme para el espectáculo del crepúsculo.

Y ya lo creo que mereció la pena:

La Luna joven estaba al oeste junto a Venus que brillaba por debajo de Póllux y Cástor (Géminis). Un poco más arriba estaba Júpiter, se van acercando estos dos planetas, el mes que viene será una conjunción muy esperada. 

La Luna y Venus jugueteando entre las ramas que se mecían con la suave brisa. 

Al este asomaba Antares sobre el horizonte, si no fuera porque se que Escorpio tiene a Saturno de visita me hubiera vuelto loca interpretando el conjunto. Aún había algo de resplandor del crepúsculo y las cúpulas ya estaban abiertas para trabajar... una noche muy productiva.

En esta época del año podemos descubrir uno de los objetos más exóticos de la primavera... el Omega Centauri, que por estas latitudes se eleva muy poquito sobre el horizonte, de ahí que tengamos que buscarle casi rozando los árboles.

Justo a mi espalda estaba La Polar, y como estos días está de paso por esa zona el cometa C/2014 Q2 Lovejoy pensé... a ver si lo pillo... y ahí estaba! 

¿Encuentras la pequeña bolita verde por debajo de la Polar? Está prácticamente a su lado, en esta imagen se aprecia incluso el cúmulo abierto NGC 188 (o Caldwell 1).

Fernando y Faustino se acercaron hasta donde yo estaba y nos quedamos un rato viendo la conjunción despedirse al oeste, incluso Fernando que estaba algo más adelantado pudo ver un Iridium detrás de uno de los árboles. La verdad es que esta sesión ha sido muy gratificante, además de las imágenes los trabajos salieron muy bien y conseguimos arreglar algunos problemas técnicos que permitieron una noche muy productiva. 

El rielar de La Luna y Venus...

La despedida fue todo un espectáculo, mientras volvíamos a casa conduciendo pude ver por la ventanilla del coche un enorme bólido cruzar hasta alcanzar Casiopea con un verde esmeralda que hacía mucho que no veía... y después explotó en numerosos trozos anaranjados... ¡WOW!!