Fernando G. Fonseca

Mis comienzos se remontan hace ya unos años, desde niño he vivido cosas maravillosas que no quiero olvidar por lo que he pensado escribirlas para compartirlas. Estáis invitados a leerla:

La Astronomía ha marcado mi vida desde mi más tierna infancia;  mis primeros recuerdos se remontan a eso de los 5 años, en que vivía en un barrio casi sin alumbrado, y en invierno veía desde el patio una inquietante figura que me miraba desde lo alto y me tenía hechizado.

Pasado un tiempo, dejé de verla y pregunté a mis padres que porqué no estaba ‘eso’, pero no me supieron responder. Con el tiempo, ‘eso’ era Orión, y la pregunta, obviamente la había hecho al llegar el verano. Con 6 años tuve la fortuna de escuchar el Bip-Bip del Sputnik-1 gracias a la radio de onda corta que había en casa y que a mi padre le tiraba lo soviético. El regalo de reyes siguiente fué un cohete con rampa de lanzamiento en el que ponía 'Vanguard'. Estaba claro: desde entonces la astronáutica formaría parte de mi vida.

 

A los 16 años empecé a hacer montaña, y haciendo vivac en los picos del Guadarrama, veía las estrellas a 2000 metros de altura, brillando como zafiros, y me preguntaba ¿tendrán nombre todas y cada una?  ¿De que estarán hechas? ¿Son eternas o tienen un tiempo de vida?   Con lo que enseñaban los libros de bachiller no encontraba ninguna respuesta, así que me compré una guía sencilla que me enseño a distinguir las constelaciones y el ciclo anual del Cielo.

Ya con el venenillo de los cielos, los 18 años recien cumplidos me trajeron un regalo largamente esperado: La noche en que ví por televisión los primeros pasos del Hombre en la Luna: entre el antes y el despues no dormí nada aquella noche del 20 de julio de 1969.

 

Poco a poco fueron entrando más libros y uno de los más huella me dejaron al principio fue un monográfico del Investigación y Ciencia sobre el Sistema Solar que apareció en los kioscos en 1977.  La semilla estaba sembrada, pero era un aficionado puramente teórico. Tuve que esperar hasta 1991 en que me compré una casita en la sierra madrileña para poder tener un telescopio y pasar a la acción. Pedí consejo a un amigo, y me decidí por el Celestrón de 8”.

 

A partir de ahí la teoría recolectada durante casi 25 años empezó a mostrarse muy útil, y las fotos impresas en los libros se hicieron realidad en mi retina. Avidamente me fui paseando por todas las constelaciones, que no eran muchas, porque desde el jardin tenía unas magníficas vistas sólo al Norte, hasta que la fotografía empezó a atraerme. Con unos cuantos consejos y un anillo adaptador, monté mi Canon AE1 al C8, y con Ektachrome de 1600 ISO realicé mis primeras fotos.

A veces me pasaba más de media hora en posición de contorsionista a un par de grados bajo cero para guiar a mano con un objetivo de 500mm f:8 en piggy back. Alguna que otro foto de cada carrete quedaba bien así que pensé en buscar mejores panorámicas y de vez en cuando salía con mi amigo y maestro Joan Genebriera a fotografiar desde Calomarde (Teruel), Alp (Pirineo de Gerona) etc. La visita de los cometas Neat Q4, Shoemaker-Levy 9 y otros me proporcionaron la oportunidad de la fotos extensas, además de lo agradecidas que eran por los colores de sus colas. Ahora todo eso lo veo muy lejano… la tecnología nos lo ha facilitado mucho, pero le ha quitado el puntito de ‘matar a mano’ como decía Gila. Las fotos químicas de esa época me dieron grandes satisfacciones y las conservo con especial cariño. La aventura de la astrofotografía había comenzado.

 

 Por esa época, aparecieron los primeros programas astronómicos para los PC’s en DOS… Recuerdo con añoranza el Sky level IV, EZ-Cosmos, Dance of Planets... En el 286 apenas podían correr unos minutos sin colgarse, pero era tan fascinante ver esa simulación de cielo en movimiento…

En 1995 tuve mi primera experiencia en foto digital con una SBIG ST4 que subí a una rudimentaria página web de la época (Internet no era aún lo que hoy conocemos) y convivieron desde entonces foto química y digital.

En 2002 dejé de ser un lobo solitario y me hice socio de la AAC de Alcalá de Henares, donde más intensamente viví una Astronomía en grupo, especialmente en lo relacionado con la divulgación de la Astronomía y Astronaútica.

Por el 2003 ya trabajaba la imagen con una ToUcam que modifiqué siguiendo el esquema SC-1 y me permitió hacer larga exposición en planetas por el método de proyección ocular con unas focales cercanas a los 10 metros.

En 2004, el tránsito de Venus por el disco del Sol fue una experiencia compartida inolvidable, que además me dió experiencia en el uso de la ToUcam capturando secuencias de gran calidad.

2005 fue el año del Eclipse Anular de Sol: otro peldaño subido en como organizar eventos públicos multitudinarios y la fotografía específica del Sol.

2006 fue el año de mi primer Eclipse Total de Sol, desde Antalya  (Turquía), una experiencia que aún me pone la carne de gallina cuando la evoco. Las fotos de la Corona Solar fueron publicadas en la revista Espacio, incluidas en el artículo redactado por Leonor.

Hoy sigo conservando el C8, y dispuesto a usarlo para donde hace falta más focal, pero despues de sacarlo de su horquilla y sobre una buena montura (Temma 2 guiada con una QHY6)  y haciendo compañía y complemento al recién adquirido refractor, el FSQ106ED.  La película química ha sido sustituida por el CMOS de una cámara Canon 350D modificada para llegar hasta el infrarrojo cercano, y una TIS DMK41 monocroma para Luna y fotometría.

Entre los objetivos, están el disfrute personal, la búsqueda de primera mano de un conocimiento de este maravilloso universo que habitamos, y ¿Por qué no? quizá algún día aportar un granito de arena a esta ciencia maravillosa que es la Astronomía. 

 

Aunque la Astronomía es el centro de interés de mi vida, hay otras facetas que también me ocupan intensamente. Entre ellas están:

Los ‘inventos electrónicos’ en parte debido a mi profesión.

La óptica, con la que siempre estoy jugueteando y más ahora que tengo un banco óptico que me permite más precisión en los montajes.

Los láseres… que decir, empecé a trabajar con ellos profesionalmente desde 1978 y he hecho bastantes cosas sobre todo con el de He-Ne de 1 metro de largo. Los modernos a pila rojos verdes y azules son unos juguetes que asociados a las fibras ópticas dan mucho juego cuando los empleas a los instrumentos astronómicos como testeo, estrella artificial, etc.

Los experimentos de Física y Química me divierten enormente. Ya os conté porque me llamaban ‘quimicucho’ en el Instituto… pues no me he curado. Bueno ahora me dedico más a la Física y tengo montada una buena sección de experimentos que sacamos conjuntamente Leonor y yo en los shows al público, para niños y mayores con la intención de ‘enseñar deleitando’ como decía el profesor Cojonciano (gracias Oscar) y hacer que aparezcan vocaciones científicas al ver lo divertidas que son las teorías de los libros cuando las realizas con tus manos.  Los experimentos abarcan desde los espectros luminosos hasta hacer plasma de alta temperatura pasando por la Alta Tensión, los giróscopos, Lissajous con láseres, etc.

Como colofón, sigo los avances en cosmología muy de cerca (mantienen el cerebro calentito) y la mente abierta a las nuevas teorías del Universo que día a día van reemplazandose por otras mejores.

 

Actualmente mi actividad astronómica está centrada en la Fundación AstroHita, donde, junto con Leonor estamos preparando los proyectos, a caballo entre amateur y profesional y desarrollando a fondo todos los conocimientos adquiridos en tantos años para la investigación y la divulgación del Cosmos.

ASTROFOTOGRAFÍAS

 

 

Crónica:

Luna llena 2 enero 2018

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Doncella de la Luna

9 diciembre 2016

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Luna gibosa 10 septiembre 2016

 

 

 

 

 

 

 

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Solsticio de Verano 2016

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